viernes, 13 de agosto de 2010

Soledad, para empezar te pregunto para a tí ¿qué es la soledad? Seguramente me responderás lo que opina el mundo moderno es el abandono de lo que me rodea, el vivir solo, el no sentir el amor de los seres queridos, es eso el lo que pensamos los hombres de hoy.

Pero desde mi experiencia de vida religiosa no es con los argumentos que anteriormente mencionábamos, es una interiorización de mi yo, mi personalidad, el descubrirme a mí mismo tal y como soy; pero también esto me implica una soledad con aquel que no veo, pero lo siento como padre, Dios, es una de las experiencias más bonitas que he sentido, esa soledad, con el que creo que no me habla pero que tiene toda la disponibilidad para escucharme y aguantarme con mis defectos y mis cualidades, el que no me juzga sino que me brinda su amor incondicionalmente.

ES una soledad que podemos interpretar como absoluta, pero no es así por lo ya dicho con referencia a Dios; soledad verdadero encuentro conmigo y por consiguiente con él, ser supremo que se entrego por mí en la cruz y que tiene sus brazos abiertos para recibirme cuando yo quiera acercarme a donde el habita en el sagrario pero en especial en tu corazón.